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Rincón navideño: Luces de amor y esperanza

Familia de El Guarco de Cartago tiene una muy tierna tradición para adornar la casa

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Pasar al frente de la casa de la familia Guzmán Brenes, en el puritico centro de El Guarco de Cartago, es una experiencia mágica debido a la forma en la que adornan su casa con luces cada Navidad.

Esta familia prácticamente obliga a todos los que pasan por ahí a detenerse con el fin de sacarse un selfi, sobre todo porque tienen todo listo desde los primeros días de noviembre.

Esta es una tradición familiar que se respeta con todas las de la ley, desde hace 19 años, cuando nació Angélica, la hija mayor. A partir de ahí año con año adornan la casa y mantienen alegres a los hijos, al barrio y a todo el que pasé por ahí, por lo que no les duele pagar un poco más en el recibo de la luz.

Don Juan Carlos Guzmán, dueño de la casita iluminada, nos comentó: “No sé qué piensa la gente cuando ve la casa porque no siempre estamos, pero sí se refleja en las visitas que observamos frente a la casa, ya que muchos carro se detienen y los padres les toman fotografías y videos a los niños.

“La decoración la hicimos al principio porque nos gustaba a mi esposa y a mí, pero luego con la motivación del nacimiento de nuestra hija mayor, Angélica, y después con la llegada de Patricio, el menor de la casa se incrementó. La decoración se basa en las luces y un muñeco de nieve inflable que hay en la corniza, en la segunda planta está la silueta de un árbol navideño que se forra con luces y una estrella polar”.

Toda la familia se pone las pilas para adornar la casa cada año y les alegra que los niños de la comunidad se alegren con tanta luz y con las figuras que crecen en cantidad de una Navidad a otra.

Don Juan se encarga de la parte de afuera de la casa y su esposa, doña María Brenes, se faja con todo lo de adentro. No es tarea fácil porque los dos bretean, pero lo hacen con mucho amor. Comenzaron decorando solo el frente de la casa: ventanas, precinta, canoas y bajantes; pero con los años pasaron al jardín y luego a las tapias laterales.

Las luces van conectadas a un sistema especial, por eso encienden al ritmo de la música. Todo el sistema está programado de manera que automáticamente se prende a las 5 de la tarde y se apagan a las 10 y 30 de la noche, así que nadie tiene que estar pensando en levantarse para prender o apagar las luces. Como son luces con la tecnología LED, el recibo de la luz no es un garrotazo, ya que solo les aumenta como cinco rojos.

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