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Sacerdote aparece en lista de salarios millonarios de la Caja que reveló Otto Guevara

El religioso trabajaba en el hospital Calderón Guardia y en setiembre del año pasado se pensionó

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En la lista de salarios millonarios de la Caja, que dio a conocer el exdiputado Otto Guevara, hay médicos generales, especialistas y enfermeros, pero hay un puesto que llama mucho la atención: un capellán (sacerdote que trabaja en un hospital, una cárcel, etc).

La información de Guevara revela que hay 1.400 funcionarios que ganan más que el presidente de la República (Entre ¢5 y ¢17 millones) y 11.000 que reciben un salario de entre ¢2 y ¢5 millones, en ese último grupo estaba el cura, quien ganaba poco más de dos melones hasta que se pensionó en setiembre del año pasado.

Se trata de un sacerdote de apellido Salas, quien atendía la capilla del hospital Calderón Guardia y reportaba un salario de ¢2.029.523. Una situación muy particular porque, según nos confirmó la Curia Metropolitana, los religiosos que atienden las parroquias reciben un subsidio mensual de ¢325 mil si son párrocos y ¢265 mil en el caso de los vicarios.

Así las cosas, parece que las inmensas diferencias salariales entre el sector público y el privado, también se viven a nivel de los curas de la Iglesia católica.

La Teja contactó a Salas, quien aseguró que en el Calderón solo había dos capellanes, cuando debían ser tres y que por ese recargo de trabajo laboraba 21 horas seguidas, con un receso de tres horas y descansaba el día siguiente. Entonces ganaba extras y recargos.

La oficina de prensa del hospital nos confirmó que Salas, de 66 años, está pensionado desde setiembre del año pasado.

El exdiputado Guevara, quien ahora es presidente de la Asociación Proderechos de Consumidores, Contribuyentes, Asegurados, Administrados y Propietarios (Aprodecap), aseguró que la lista que publicó corresponde al salario promedio reportado por la Caja ante Sicere entre el 1 de mayo del año pasado y el 30 de abril de este año, incluyendo aguinaldo, salario escolar y pagos extras. Por eso es que sale el padre Salas, a pesar de que ya se jubiló.

"Se han venido dando abusos desde hace muchísimo tiempo en el sector público y estoy seguro que la Iglesia católica y otros grupos cristianos podrían realizar esa labor sin necesidad de que del presupuesto de la entidad pública se pague un cinco. La Caja solo debería autorizar que se pueda brindar ese tipo de acompañamiento espiritual a los pacientes”, comentó Guevara.

Son empleados

Según explicó la Caja ante una consulta de La Teja, de acuerdo con las “Directrices para regular la relación de empleo entre la Caja Costarricense de Seguro Social y capellanes” del 2014, la relación entre el capellán y la institución es de tipo laboral, por lo cual este trabajador tiene los mismos derechos y deberes dispuestos en el ordenamiento interno para todos los funcionarios.

Consultamos cuáles beneficios laborales recibía este sacerdote, a lo que nos respondieron que “anualidad” y “eventualmente otros rubros que están sujetos a la situación particular del centro (hospitalario)”.

También preguntamos por qué este tipo de sacerdotes no rotaban, al igual y como hacen con los curas de las parroquias.

El sacerdote, por su condición de eclesiástico, depende de un obispo, el cual determina dónde y hasta cuándo prestará sus servicios en determinado puesto del trabajo. En ese sentido, corresponde al obispo diocesano designar a los sacerdotes que ejercerán como capellanes en dicha instancias. Asimismo, si el obispo requiere trasladar al capellán a otro puesto que no corresponda a ningún centro de trabajo de la Caja, deberá informarlo”, aseguró la oficina de prensa de la institución.

Sin embargo, al hacerle la misma pregunta al vocero de la Curia Metropolitana, Jeison Granados, indicó que no rotan porque la Caja no lo permite.

“Después de 3 meses pasan a ser empleados de la institución y su relación laboral con la Caja de Seguro la rige el Código de Trabajo. La Caja de Seguro privilegia la estabilidad de los capellanes con el fin de que asuman de la mejor manera los procesos propios de la institución”, indicó Granados.

Agregó que una decisión pastoral y las actitudes del sacerdote son las que definen si un cura es nombrado como capellán.

En cuanto a la cantidad de capellanes que trabajan en los hospitales, la CCSS informó que en la actualidad hay 21 plazas de este tipo, con un salario base de ¢612.650 y una anualidad de ¢15.931. Agregaron que, al ser trabajador de la institución, se le otorga la alimentación si el centro cuenta con las condiciones para brindar el servicio.

En la Curia Metropolitana indicaron que en su territorio son 10 los curas que tienen ese puesto (tres en el San Juan de Dios, dos en el Calderón Guardia, dos en el México, uno en el Blanco Cervantes, uno de medio tiempo en la Carit y uno de medio tiempo en el hospital San Vicente de Paúl de Heredia).

De ellos, dos viven en una parroquia y los demás en sus casas de habitación.

Granados indicó que desconocían cuánto ganaban los capellanes de esa institución.

Juicio largo
La decisión judicial que aclarará si el reciente acuerdo firmado para acabar la huelga en la Caja fue legal o no, tardará al menos cinco años en saberse. En dicho acuerdo, la CCSS garantizó a los 57.0000 funcionarios el pago porcentual de las anualidades y pluses, contrario a lo que dicta la Reforma Fiscal, la cual ordena que debe ser un monto fijo.

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