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Sueños de dos mujeres ticas van a toda máquina y están a nada de hacer historia

Las dos primeras ayudantes de maquinista del Incofer se preparan para poder conducir trenes

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En el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) hay dos mujeres que luchan todos los días para alcanzar su sueño de ser maquinistas, con lo cual harían historia, porque esa institución no tiene registros de que haya existido otra, aunque hay otros registros que dicen que sí hubo una.

Hablamos de Silvia Guerrero González y Paola Acuña Ruiz. Son dos costarricenses que por el momento son asistentes de maquinista y van, poco a poco, cumpliendo con todos los requisitos para llegar al puesto de las conductoras oficiales de un tren.

Silvia Guerrero González es asistente de maquinista y trabaja en el Incofer. Ya ha manejado una máquina, pero con supervisión de un maquinista.

Entre las dos, la más adelantada es Silvia, quien tiene 42 años y nació en Alajuela, se crió en Orotina y ahora vive en San José. Ella entró al Incofer como cobradora en los trenes, en ese puesto duró como cuatro años y medio.

“Inicié como cobradora, pero desde que cumplí cuatro meses en ese puesto ya me enamoré del ambiente y comenzaron mis sueños por algún día ser maquinista profesional. He ido paso a paso. Lo primero fue llevar el curso de ayudante de maquinista y por dicha lo terminé haciendo muy bien las cosas.

“Ya tengo tres años y medio como ayudante de maquinista. El amor fue poco a poco, pero cuando me entró fue con mucha fuerza. Soñaba con ser ayudante al principio, porque como en el ambiente ferrocarrilero no hay mujeres, creí que hasta ahí podía llegar”, explica esta madre de dos hijas y abuela de dos nietos.

Silvia Guerrero González es asistente de maquinista y trabaja en el Incofer. Ya ha manejado una máquina, pero con supervisión de un maquinista.

Cuando decidió convertir sus sueños en realidad, lo primero que hizo fue hablar con su familia, con sus dos hijas, les dijo que le emocionaba mucho convertirse en ayudante de maquinista y recibió un apoyo del 100%, le dijeron: “Tírese, vaya, usted puede”.

“Con el curso de asistente de maquinista comprobé que en ocasiones el peor enemigo de uno es uno mismo. Hubo momentos en que me cerraba mucho porque no entendía, me preguntaba qué estoy haciendo aquí, en un lugar solo de hombres.

Silvia Guerrero González es asistente de maquinista y trabaja en el Incofer. Ya ha manejado una máquina, pero con supervisión de un maquinista.

“Al iniciar las prácticas en el patio no me salía nada bien, era cuando me preguntaba que qué estaba haciendo, en qué me metí, pero un compañero del curso me ayudó mucho, me convenció de que yo podía y así seguí hasta que, después de 11 meses de teoría y práctica, logré sacar el título”, recuerda doña Silvia.

El 10 de junio del 2019 ella comenzó como asistente. Comenta que el primer día fue fatal, muchos nervios, pero sus compañeros la ayudaron mucho y se tranquilizó.

Actualmente está autorizada para manejar máquinas; sin embargo, todavía debe llevar el curso final que arranca en pocas semanas y dura como seis meses.

“Ya puedo llevar el tren yo solita, eso sí, siempre con la supervisión de un maquinista. Ya lo he hecho y me ha ido muy bien, no le niego que al principio volvieron los nervios, pero con la práctica desaparecen. Se ocupa mucha práctica”, reconoce Silvia que está a tres exámenes de ya tener su anhelado título de maquinista oficial y así lograr por fin manejarlo ella solita, ya sin supervisión.

Pasión total

Paola tiene 9 años de estar con el Incofer, también inició como cobradora. Vive en San José y tiene una hija de 14 años que se llama Laura. Nos confirma que los suyo fue amor a primera vista porque desde el primer día en ese trabajo se enamoró del puesto de maquinista.

Paola Acuña Ruiz es asistente de maquinista y trabaja en el Incofer.

“Yo lo veía como un sueño casi imposible porque no había ninguna mujer en ese momento, hasta que llegó Silvia y comenzó a avanzar, eso me hizo agarrar fuerzas y enfocarme en el objetivo de ser maquinista”, reconoce.

Con mucho orgullo confirma que ya tiene el título de asistente de maquinista. Comenzó a estudiar para ganar ese título antes de la pandemia y el covid-19 detuvo las clases, las cuales retomó el año pasado. Ya para noviembre del 2022 se graduó y en diciembre comenzó a trabajar como asistente.

“Para mí esto se volvió una pasión, me encanta, estoy viviendo un sueño. Entiendo muy bien que es un sueño con muchísimo compromiso porque ser asistente de maquinista o maquinista significa una responsabilidad muy grande, son muchas vidas las que se deben cuidar e incluso la de una misma”, explica.

Paola Acuña Ruiz es asistente de maquinista y trabaja en el Incofer.

Está convencida que sacará su título de maquinista, sobre todo porque tiene en su hija una tremenda inspiración. “Laura está superorgullosa de su mamá, demasiado. Me dice que voy a salir en los libros de Estudios Sociales cuando sea maquinista”, cuenta con mucha alegría Paola.

La primera

En el Incofer no hay un solo registro de una mujer maquinista; sin embargo, el Centro de Cultura y Patrimonio Histórico de Orotina, el periódico Primera Plana del Colegio de Periodistas y un documento de la Cámara Nacional de Radio (CANARA), registran que el 28 de mayo de 1932, con 18 años de edad, Carmencita Zeledón Venegas, recién graduada de bachiller en el Colegio de Señoritas, se convirtió en la primera mujer maquinista de una locomotora eléctrica en Costa Rica.

El 28 de mayo de 1932, con 18 años de edad, Carmencita Zeledón Venegas, recién graduada de bachiller en el Colegio de Señoritas, se convirtió en la primera mujer maquinista de una locomotora eléctrica en Costa Rica

“En cuatro meses hizo intensivos estudios teóricos y prácticos que le permitieron correr una locomotora entre San José y Puntarenas. Se convirtió, asimismo, en una de las primeras mujeres del país en conducir una máquina rodante”, asegura el Centro de Cultura orotinense.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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