Nacional

Temas de familia: Jóvenes no saben socializar

EscucharEscuchar

Es curioso el fenómeno que están presentando los jóvenes ticos en la actualidad, con respecto a sus capacidades de socializar, es decir, de hacer amigos.

Muchos llegan a la consulta terapéutica psicológica con serios síntomas de depresión porque entrando a la universidad no logran tener el valor para hablarle a otros jóvenes.

No lo hacen porque les da miedo hablar o porque no saben qué decir para iniciar una conversación. Los nervios los ponen tensos y casi en estado de pánico. Sin embargo hay que tomar en cuenta que la adolescencia es el momento de la vida donde se aprenden a crear lazos sociales fuertes fuera de la familia. Esto los preparará para trabajar y hacer nuevas relaciones adultas.

El problema radica en que desde hace mucho tiempo, las familias utilizan la mayor parte del tiempo libre para encerrarse en la tecnología y socializan solo en redes. Lo cual no es malo porque es una forma de conocer gente, pero si no pasan al plano de la realidad la interacción se queda en una fantasía.

Los seres humanos necesitamos desarrollar percepciones, emociones y sobre todo la intuición a través de la cercanía con otro ser humano. Debe haber un intercambio de energía tal como las plantas intercambian con el aire, el sol, el agua y la tierra.

El encierro de niños y jóvenes en sus cuartos, aparentemente bien portados, los convierte en personas tímidas y muy infantiles, aunque hayan alcanzado los veinte años. Peor es si son sobreproteguidos por sus padres. Quizás hasta tengan notas excelentes en su proceso escolar, pero a nivel social y de resolución de conflictos son pobres e incapaces. Pierden el contacto normal diario con sus iguales. Viven solo del presente, no se plantean siquiera la idea de ir a pedir trabajo cuando les llegue el momento, solo por miedo a hablar.

Los padres, madres y maestros pueden darles un empujón buscándoles actividades en la comunidad como voluntariados en temas de ecología o ayuda social. Meterlos en deportes que los obliguen a estar en grupos, mandarlos a campamentos, que participen en grupos de teatro, política o bailes típicos, entre otros.

Hacerles sentir importantes en estas actividades y motivarlos a ayudar a los demás hará que hagan amigos porque compartirán causas comunes y convicciones de amor al prójimo. No es bueno conformarse con el silencio y la pasividad. La juventud está llena de creatividad y posibilidades infinitas de desarrollo.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.