Cuando compró unos artefactos explosivos que ya no funcionaban, un hombre jamás imaginó que por esos objetos se llevaría un sustazo al ver que agentes del OIJ y de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS) caían en su casa.
Este hecho sucedió el miércoles en la tarde en San Juan de San Ramón, Alajuela, hasta donde llegaron los agentes para hacerle una "visita" a hombre de apellido Chavarría y quien trabaja como guarda en el Ministerio de Educación.
Las autoridades llegaron a la vivienda de Chavarría luego de recibir denuncias según las cuales el hombre vendía artefactos explosivos por medio de redes sociales. Incluso habría ofrecido intercambiar una granada por un celular.
En la casa del guachi los oficiales dieron con un proyectil de mortero de 60 milímetros, una granada y municiones para un fusil de calibre 30-30.
De acuerdo con la oficina de prensa del OIJ, luego de que un experto analizó los explosivos se dio cuenta quetenían su mecanismo activo, pero ya no tenían carga explosiva. Es decir, eran inofensivos.
Aún así el señor fue llevado a la Fiscalía local, donde fue interrogado y dejado en libertad poco después.
Hacer plata
Según trascendió, Chavarría les dijo a los agentes que las armas se las había comprado años atrás a un nicaragüense que le aseguró que eran inofensivas y que él solo quería sacarles una platita.
Para Alvaro Ramos, experto en seguridad, el guarda no cometió ningún delito, pues los artefactos que ofrecía eran prácticamente inofensivos. Dijo que él ha visto cómo en Estados Unidos se venden granada desactivadas que algunas personas usan hasta como pisapapeles.
Ramos señaló que estos explosivos deben ser clasificados por un experto del Gobierno, pero es posible que sean artefactos que quedaron del ejército sandinista o de las guerras que se dieron en Centroamérica hasta los ochentas.