Los amigos de don Martín Salas Mora, de 59 años, miembro del mariachi Ticomex, están destrozados por su repentina muerte durante un trágico accidente de tránsito, en San José, el viernes pasado.
En el lamentable percance también falleció Grettel Gamboa Barquero, de 43 años, quien viajaba en la moto junto al querido mariachi a quien le decían Tin.
Posted by Diego Nuñez on Sunday, October 25, 2020
El representante del mariachi Ticomex, don Javier Solís, nos contó ayer que los días han sido durísimos.
“Conforme van pasando los días uno piensa que esto es una mentira, que él volverá en cualquier momento. Nosotros somos de Guadalupe y hemos vivido aquí desde chiquitillos. Mi tío abuelo Alberto Castro fue el fundador de los mariachis aquí y nos enseñó a tocar los instrumentos a todos los chiquillos del barrio, así que teníamos años de estar juntos, nos veíamos todos los días”, dijo don Javier.
Don Martín, quien tocaba el violín, era un músico de mucha experiencia, ya que estuvo en varias agrupaciones, incluso, según recuerda Solís, tuvo su propio mariachi llamado Cobre. Él estaba casado con doña Berta Carvajal con quien tuvo diez hijos, de los cuales cuatro son músicos.
El Ticomex tiene 24 años de fundado y Tin estuvo al inicio, pero se fue a vivir a Guanacaste con su familia y luego regresó. Desde hace 12 años no se separaba del grupo y este mes precisamente cumplía años de haber regresado al mariachi.
“El empezó a tocar el violín en 1979 cuando se podía vivir solo de eso, pero luego fueron aumentando los grupos, así que el trabajó manejando una buseta de estudiantes, luego un camioncito de verduras y después fue mensajero, actividad en la que tenía más de diez años”, dijo don Javier.
Solís asegura que con esto de la pandemia el trabajo para ellos se vino al suelo y había que buscar qué hacer para seguir ganándose el arrocito y los frijoles por lo que don Martín le siguió poniendo a la mensajería y a los toques que le salían al grupo.
Javier y Martín tocaron juntos por última vez el martes de la semana pasada.
"La noticia fue devastadora para nosotros, él fue un hombre al que siempre lo acompañó la alegría, era un vacilón y, yo nunca lo vi triste, siempre le ponía a uno un diminutivo Javiercito, Francisquito y así. Él trataba a la gente con cariño, los mariachis somos una familia, teníamos una gran cercanía
“Antes de irse para la casa siempre decía: Hasta nuevo aviso, gracias a Dios por lo que nos reparó. Ese día fue igual, él siempre era muy agradecido por la bendiciones que Dios nos daba, fuera mucho o poco trabajito”, recordó el amigo.
El viernes pasado un taxista le mandó a don Javier un mensaje con un video de un accidente en San José a eso de las 10:40 de la mañana, 100 metros al norte del hotel Holiday Inn, y él reconoció de inmediato la motico de Tin, quien andaba trabajando y se llevó a doña Grettel para que hiciera las entregas de un negocito que ella tenía, pues era común que algunos clientes le pidieran que los llevara. Ella, quien vivía en Quircot de San Nicolás, en Cartago, falleció en el lugar del accidente.
Tin falleció en el Hospital Calderón Guardia.
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De momento, los allegados solo tienen la versión de que el chofer de un camión iba hablando por celular y no se percató de la luz roja del semáforo, momento en el que pasaba don Martín, quien tenía la vía, por lo que el choque fue inevitable. El camión también pegó contra un bus y se volcó. El accidente está en investigación.
Don Javier nos contó que a su amigo lo despidieron cómo él les había pedido, vestido con uno de sus trajes de mariachi.
El fin de semana lo velaron en la iglesia bautista Belén en Purral de Goicoechea, y lo sepultaron en el cementerio Redentor en Purral.
Los miembros de Ticomex y otro montón de músicos, más de 50, lo serenatearon camino al cementerio, un trayecto de unos 400 metros.
Ellos le tocaron todas las canciones que le gustaban como: “Un día a la vez”, “El son de la negra”, “Amorcito corazón” y otro montón.
“Él era un buen amigo, un buen papá, sus hijos ya estaban grandes, pero siempre se preocupaba por todos, la verdad es que lo extrañamos mucho”, insistió Solís.