La atleta Sandra Hernández Corea, de 41 años, está en cama desde hace más de un año debido a que fue atropellada por un carro.

Sin embargo, esta valiente mamá mantiene firme la esperanza de volver a correr y retomar la vida que tenía antes del accidente.

“Con lo poco que puede expresarse, ella nos da a entender que desea curarse, restablecerse y correr, ese es el anhelo que tiene Sandra en su corazón”, dice don Johnny Hernández, el papá.

Sandra, quien durante más de 8 años fue corredora profesional, se encuentra en esa condición desde el 25 de mayo del 2019, día en el fue atropellada en Santa Ana por un chofer de apellidos Martín Pérez mientras entrenaba en una calle lateral a la ruta que comunica San José con Caldera (ruta 27).

Don Johnny, su padre, explica que desde entonces a la fecha Sandra ha mejorado mucho; incluso ya le retiraron la cánula (tubito) de la traqueotomía que le hicieron para que respirara y la sonda que usaban para alimentarla. Ya ella puede sostener el celular por su cuenta y para revisar el Facebook.

“La familia está agradecida con Dios porque los milagros existen, Sandra es uno. Cuando estábamos en la Unidad de Cuidados Intensivos, después de dos meses, preguntamos cuándo iba a despertar y viera qué feo cuando nos dijeron ‘quién sabe, hay que ver si despierta’.

“Ahora la gente del hospital se asombra por lo mucho que ha avanzado”, contó.

Situación complicada

Desde que Sandra sufrió el accidente su familia vive en una situación económica muy difícil. Ella sostenía su hogar y se encargaba de sus dos hijas, una de 16 años y otra de 20. Se ganaba la vida por medio de un trabajo en una tienda y de los premios que obtenía en las carreras.

Don Johnny contó que en los primeros meses que siguieron al accidente muchas personas se acercaron a ellos con ayudas, pero de a poco las personas se fueron olvidando de ellos. Lo peor es que la situación se puso cuesta arriba con la llegada del covid-19 al país.

“En este momento lo que le está haciendo mucha falta, y que hemos recurrido hasta a las últimas instancias, es la terapia, porque las sesiones que estaba recibiendo en el Cenare se pararon completamente a consecuencia de lo que esta pasando”, dijo el papá.

El señor explicó que debido a esto el novio de Sandra, Erick Siles, compró una póliza en un hospital privado para que ella pueda recibir al menos una o dos sesiones de terapia al mes. El problema es que esto demanda mucha plata.

“Hablamos de que una visita a un terapeuta anda por encima de los treinta mil colones, además del costo de las medicinas y el transporte de ella hasta el lugar”, añadió.

La familia de Sandra está haciendo hasta lo imposible para que a ella no le falte nada; por ejemplo, su hija mayor usa casi toda la platita que recibe de la beca de la universidad para las necesidades de la casa, pero aún así necesitan más ayuda.

Encerrada

Otra de las preocupaciones de don Johnny es que debido al covid-19 no han podido sacar a Sandra de la casa, como hacían antes y él ha notado que esto la ha afectado.

“Cuando no estaba lo del covid-19 a veces la podíamos llevar al parque para que se comiera un heladito y recibiera un poco de aire porque ella se desespera de estar tanto encerrada”, añadió.

A este problema se suma que la casa de Sandra está en un punto de difícil acceso y es casi imposible sacarla en silla de ruedas.

“La idea que tenemos es hacer una campaña para recoger fondos y hacer la rampa que Sandra necesita, que va desde su casa hasta la calle. El problema es que ese trabajo tiene un costo aproximado de cuatro millones de colones”, detalló el papá.

Sin noticias

Don Johnny pasa pendiente de su hija y de todo lo que necesita y aun así no ha quitado los ojos del tema legal. Desea y exige que se haga justicia por el terrible daño que sufrió Sandra.

“Hace más de un año que fue atropellada y todavía se encuentra postrada en una cama sin poder hablar, sin poder caminar y esperando que la causa penal prosiga, pero el problema es que no hay nada, no sabemos si está en camino, si ya va a terminar, no ha habido llamadas de ningún tipo”, afirmó.

La Teja consultó al Ministerio Público sobre este caso y respondieron esto por medio de su oficina de prensa.

“La Fiscalía de Pavas confirmó que investiga a una persona de apellidos Martín Pérez, quien es sospechoso del delito de lesiones culposas, en perjuicio de la persona que ustedes señalan.

“El caso avanza en la etapa de recolección y análisis de prueba, fase que es privada según el artículo 295 del Código Procesal Penal, por lo que no es posible brindar más detalles”.