Una serpiente coral puso en peligro la vida del bombero Eduardo Solano Sáenz, jefe de la estación de Bomberos de Paraíso de Cartago.

Solano y otros seis compañeros estaban apagando un incendio en un charral cuando la sincejas se le metió al rescatista por la parte del cuello del uniforme, le anduvo por la espalda y luego le clavó los colmillos en el brazo derecho, abajo del hombro.

De acuerdo con el herpetólogo Rodolfo Vargas, el veneno de estas culebras es muy fuerte porque ataca el sistema nervioso y no los tejidos, como otras serpientes.

La emergencia que sufrió Eduardo ocurrió en Ajenjal de Santiago, en Paraíso de Cartago, de la delegación policial 200 metros al oeste.

En un hueco

La alerta por el incendio fue a las 6:29 de la tarde de este viernes, la quema era extensa y, además, había mucha maleza y madera, debajo de esa suciedad era donde estaba escondida la culebra.

Solano cuenta que el terreno era muy irregular y había un hueco, al que se metió con la intención de tapar algún foco de fuego.

“Seguramente, al momento de bajar al hueco, la coral quedó al nivel de la otra parte de la tierra y ahí me cayó por la parte del cuello. Al rato sentí que algo me andaba dentro del cuerpo y luego sentí la mordedura, por lo que le dije a un compañero, me quitaron el equipo y en eso cayó la serpiente.

“Le dije a un compañero que se fijara si era verdadera, la vio y me dijo que sí, en ese momento estuve consciente de lo que me podía pasar y mi preocupación era llegar rápido al hospital”, describió el sobreviviente.

Asegura que sí sintió susto porque no sabía cómo iba a reaccionar el cuerpo.

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Él agradeció que ahí mismo tenían un carro del Cuerpo de Bomberos para que lo llevaran rápido al hospital Máx Peralta de Cartago.

“El doctor me dijo que por dicha me llevaron muy rápido y no pasó a más, porque el veneno ataca el sistema nervioso y puede provocar un paro respiratorio o un paro cardíaco”, indicó con alegría.

Comentó que el viernes anterior celebraron el Día de la Familia Bomberil, por lo que su esposa, Rocío Leandro Fonseca, estaba en la estación cuando le avisaron de la emergencia y la llevaron para que estuviera al tanto de Eduardo.

10 frascos de suero

Los bomberos llevaron la serpiente al hospital para que los doctores la vieran, luego al rescatista le suministraron diez frascos de suero anticoral.

Los doctores también le hicieron exámenes de sangre.

“Teníamos las condiciones para que a mí no me pasara algo peor, porque teníamos personal, vehículos y me llevaron rápido donde los doctores, eso salvó mi vida”, expresó.

Una vez a salvo, los otros bomberos llevaron la coral al parque Tapantí y se la dieron a los guardaparques, quienes la liberaron.

A Solano le dieron la salida del hospital este sábado en la madrugada, asegura que el brazo lo siente pesado y andaba con mucho sueño. Las primeras 24 horas lo estuvieron vigilando muy de cerca porque podía tener una recaída, dichosamente pareciera que finalmente solo se trató de un susto.

“Gracias a Dios no tuve efectos secundarios, sí tengo mucho dolor en el área de la mordedura y cansancio, pero lo que me ayudó fue que los compañeros me llevaron muy rápido al hospital y en menos de diez minutos ya estaba recibiendo el suero”.

Coral podría provocar la muerte

Rodolfo, el herpetólogo, detalló que el veneno de la coral tiene características muy diferentes a las terciopelos, cascabel, matabuey y otras, se le conoce como neurotóxico.

“El veneno de las corales duele mucho, la persona podría sentir ganas de desmayarse, también tener parálisis respiratoria, es muy fuerte, por lo que hay que tener mucho cuidado. Por dicha en Costa Rica, de 570 mordeduras al año, solo unas 20 son de corales”, explicó.

Señaló que el veneno no va a matar a una persona en minutos, pero lo mejor es no dejar pasar muchas horas, porque la reacción de cada cuerpo es diferente, indicó que un consejo importante es no agitarse.