El aeropuerto Schipol, de Ámsterdam (Holanda), se convirtió en la estación final para Tse Chi Lop, jefe de unas de las bandas asiáticas de narcotráfico más grandes que existen actualmente y uno de los hombres más buscados del planeta.

El enorme alcance de su cartel y la fortuna que había hecho le valieron ser conocido como “El Chapo” de Asia, pues su fama se compara con la del capo mexicano Joaquín Guzmán Loera. Otros lo han puesto a la “altura” de Pablo Escobar.

Chi Lop, ciudadano canadiense nacido en China, de 57 años, logró mover miles de millones de dólares a través del inmenso cartel asiático conocido como Sam Gor o The Company, un importante productor y distribuidor a escala mundial de metanfetaminas. Todo mientras vivía en la sombra y evitando la ley.

La revista Semana, de Colombia, retomó información de un documental de la agencia de noticias Reuters que decía de Chi Lop: “Está protegido por una guardia de kickboxers tailandeses. Vuela en jet privado. Y, dice la policía, una vez perdió 66 millones de dólares en una sola noche en un casino de Macao (China)”.

Pero la vida oculta y calmada que había logrado mantener se vino abajo cuando fue arrestado por la policía holandesa mientras hacía una escala en Países Bajos antes de volar rumbo a Canadá.

Su detención se produjo a solicitud de la policía federal australiana, que lo tenía en la mira desde hacía más de 10 años.

El narcotraficante estaba desde el 2019 en la lista internacional de los delincuentes más buscados por la Interpol.

Australia lo acusó

Aquel año, el desmantelamiento de una red de narcotráfico por parte de las autoridades de Australia le significó al capo ser acusado formalmente de traficar grandes cantidades de droga y de lavar la plata que obtenía.

La policía de ese país está presionando para lograr su extradición lo antes posible.

Aunque la ONU ha señalado a Sam Gor de enviar grandes cantidades de metanfetamina y heroína a Japón, Nueva Zelanda y otros países de Asia-Pacífico, Australia es la nación que más ha seguido el rastro del capo. Según la policía australiana, Chi Lop es responsable del 70% de todas las drogas que ingresan en el país.

Según la Oficina de Naciones Unidas contra las drogas y el crimen, Sam Gor es considerado uno de los cárteles de la droga más grandes del mundo, pues controla gran parte del narcotráfico en el este de Asia y su imperio se extiende por todo el continente.

Se estima que el cártel generó 18.000 millones de dólares en el 2018 por las ventas de heroína y drogas sintéticas.

Además, ha multiplicado por cuatro sus ventas durante los últimos cinco años, lo que habría elevado su facturación anual a más de 22.000 millones de dólares el año pasado.

La agencia de la ONU acusa a Sam Gor de blanquear millones procedentes de la droga, a través de casinos, hoteles y sociedades inmobiliarias de la región del Mekong, en el sudeste asiático.

Chi Lop, uno de los narcotraficantes más ricos del mundo quedó a disposición judicial en Países Bajos para estudiar la solicitud de extradición a Australia.

En la década de 1990, Tse viajó entre América del Norte, Hong Kong, Macao y el sudeste asiático.

Empezó desde abajo hasta convertirse en un miembro de rango medio de una red de contrabando que obtuvo heroína del Triángulo Dorado, la región ilegal productora de opio donde se encuentran las fronteras de Myanmar, Tailandia, China y Laos.