Sucesos

Mamá cumplió el sueño de ser policía y heredó esa gran pasión a sus hijos

Auxiliadora nació con ‘sangre azul’ porque su papá también fue oficial

EscucharEscuchar

Auxiliadora Orozco Gómez siempre soñó con ser policía, su papá fue oficial y por eso ella siempre sintió gran admiración y respeto por ese oficio.

Pese al gusanito que sentía por vestir el uniforme azul, la vida la convirtió en mamá y esposa a temprana edad y eso la hizo posponer su sueño; sin embargo, la pasión pudo más que los miedos y los pretextos pues a los 37 años se graduó de la Escuela de Policía.

“Cuando yo estaba muy joven acompañaba a mi papá a dejar notificaciones porque me encantaba verlo trabajar, yo le iba a limpiar la delegación de Santa Rosa de Turrialba, era algo que traía en la sangre y no solo yo, una hermana mía también fue policía.

“A los 20 años me casé y ya luego vinieron mis tres hijos. Además, a mi esposo no le hacía nada de gracia que yo quisiera ser policía, entonces pospuse mi sueño. Luego me divorcié, pero tenía que sacar adelante a mis hijos y estuve trabajando en supermercados, como costurera en la casa y en un restaurante vendiendo empanadas, pero siempre sentía que algo me hacía falta y un día me decidí, conversé con mi mamá, le pregunté que si ella me apoyaría para cumplir mi sueño y me dijo que sí”, recordó.

Orozco necesitaba pasar el examen de matemáticas para sacar el bachillerato y con la ayuda de la profesora de uno de sus hijos se preparó, lo ganó y de una vez se metió a la Escuela Nacional de Policía.

“No puedo decir que fue fácil, mi mamá se quedó cuidando a mis hijos durante los meses de formación, pero el estar alejada de ellos me dolía mucho.

"Mi hijo menor no entendía por qué yo no estaba en la casa y cuando lo llamaba me decía que por qué lo había abandonado y yo lloraba pegada al teléfono público, con el corazón hecho pedazos mientras trataba de explicarle la razón”, contó.

Pero cuando Auxiliadora empezó a trabajar en lo que siempre había querido, supo que todos los sacrificios habían valido la pena.

Ella ahora tiene 48 años de edad y dice que disfruta al máximo cada uno de sus días, pese a que sabe que tiene un trabajo peligroso.

“Recuerdo que una vez se armó un pleito en un partido en Cartago y a una compañera hasta la golpearon, son situaciones fuertes a las que uno está expuesto en este trabajo. También tenemos que lidiar con casos tristes y fuertes como cuando uno llega a una casa a detener un agresor doméstico y los hijos de él lloran y nos preguntan que por qué nos estamos llevando al papá”, relató.

Dos hijos siguen sus pasos

Esta mamá cuenta con orgullo que su hijo mayor, Marvin Rodríguez, es policía y que el menor, Mario, de 18 años, ya está en proceso de reclutamiento para también ser oficial.

“Yo le doy muchas gracias a Dios porque hasta el momento veo a mis hijos por el buen camino y me llena de orgullo y también de mucha responsabilidad verlos seguir mis pasos, así como yo lo hice con mi papá.

“Una vez en un cumplimiento me tocó ver como los agentes del OIJ se llevaban a un excompañero de uno de mis hijos porque había empezado a vender drogas, fue muy duro recordar que ese muchacho cuando era pequeño hasta llegó a quedarse a dormir a mi casa”, agregó.

Cuenta que por sus horarios a veces le cuesta mucho reunirse con sus seres queridos, de hecho este 15 de agosto tiene que trabajar, pero dice que apenas tenga libre va ir a darle una vueltica a su mamá, doña Miriam Gómez, para decirle feliz día, ya que dice que ella es uno de los pilares de su vida.

La oficial estuvo diez años laborando en Turrialba y desde hace tres meses trabaja en la delegación regional de Cartago, donde se encarga de los programas preventivos.

“Como parte de mi trabajo voy a centros educativos a dar charlas, me reúno también en las comunidades y en grupos para tratar temas como la violencia doméstica, el trato hacia los adultos mayores, las problemáticas en los jóvenes, entre otros temas", comentó.

Sin límites

Orozco asegura que ella siempre trata de aprovechar el tiempo y por eso se propuso y logró convertirse en abogada.

“Me siento feliz porque hace poco logré graduarme de licenciada en Derecho, tuve que hacer sacrificios, trabajar duro y sacrificar mi tiempo libre. Cuando tenía exámenes me quedaba estudiando hasta las dos o tres de la mañana, pero todo ese esfuerzo se ve reflejado en lo que he conseguido.

“Yo pienso que uno tiene que creérsela y agarrarse de Dios, ya con eso se puede lograr lo que uno quiera en la vida”, aseguró la valiente.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.