Sucesos

Pescadores aseguran que gritos de su capitán les salvó la vida

Hombres tratan de recuperarse luego de la muerte de dos compañeros.

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Los siete pescadores que sobrevivieron la noche del martes al hundimiento del barco sardinero Kin aseguran que los gritos de su capitán son los que ahorita los tienen con vida.

“¡Suelten la panga, suelten la panga!”, gritó el capitan Martín Morales Rosales y eso permitió que de los 9 pescadores que iban en la embarcación, siete se aferraran al casco y se salvaran.

Los pescadores llegaron este jueves a la compañía Naviera Tesoro del Mar, en El Cocal de Puntarenas, para reunirse con sus jefes y ver qué va a pasar con sus trabajitos.

Ellos son Jossie Esteban Padilla Obando, con 6 años de ser pescador; César Herrera González, con 17 años en los trabajos del mar; Alexander Gómez Zapata, con 4 años; Gerald Villegas Pérez, 7 años; Nelson Gutiérrez Toledo, con 12 años de experiencia; Heiner Mata González, con 8 años y el capitán Morales, un veterano con más de 20 años de experiencia.

“Uno se lleva sustos en el mar por mal tiempo, pero algo así hasta ahora me ocurre. Cuando regresábamos yo estaba con Nelson en el puesto de mando, en ese momento a unos dos kilómetros de Puntarenas, y noté que el barco estaba de lado. Le dije a Nelson ‘enderécelo’ y él me dijo ‘no puedo, no puedo’. En ese instante el barco se fue de lado y les grité '¡suelten la panga, suelten la panga!. Se los dije varias veces, ese fue el tiempo que nos dio de reacción”, narró el capitán.

Los pescadores que fallecieron fueron identificados como Gerardo Phillips Morales, de 53 años y Víctor Rosales, de 50.

Los cuerpos fueron encontrados este miércoles por un experimentado buzo de Puntarenas. Phillips estaba en el cuarto de máquinas y Rosales salió del barco flotando hasta la superficie.

Los pescadores zarparon el lunes del muelle de la empresa para la cual trabajan y solo estuvieron dos días en el mar. Al momento de la tragedia ya regresaban.

“Uno no puede narrar cómo ocurrieron, son momentos muy difíciles. Uno piensa en todos los compañeros, en que estén a salvo. Fue algo muy rápido, no dio tiempo de actuar conforme al protocolo de zafarrancho del que tenemos conocimiento. Nos fuimos al agua y primero nos sujetamos del casco hasta tener calma, pero en ese momento todo fue más doloroso al ver que faltaban dos compañeros.

"Uno de ellos era mi primo Víctor, sentí impotencia, dolor y angustia. Llamábamos a gritos a los dos compañeros, pero no teníamos reacción ni gritos de ellos. Los perdimos”, comentó Martín.

Casi todos los marineros venían dormidos, aprovechaban el viaje de vuelta para descansar. Dos estaban en el cuarto de máquinas y eso les impidió salir.

Los sobrevivientes aseguran que en el agua se hicieron un puño y nadaron hasta la panga para agarrarse.

El barco era propiedad de Manuel Merino, quien tiene mas de 15 años de ser comerciante de la zona costera de Puntarenas, especialmente en la pesca de sardina. La compañía espera rescatar la embarcación y salvar el casco.

La misa para despedir a los pescadores será este viernes a las 10 de la mañana en la catedral de Puntarenas.

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