Uno de los tres policías que perdió la vida por el hecho ocurrido en Pocosol de San Carlos había tenido que dejar de usar la pistola de reglamento durante un mes por que así lo recomendó un psicólogo de Seguridad Pública.

El ministro Michael Soto detalló este lunes que luego de ese periodo al oficial le regresaron el arma porque el especialista que lo estaba tratando dijo que ya no había riesgos.

Soto añadió que recientemente otro de los oficiales de Fronteras había pedido atención psicológica por unos problemas personales que estaba enfrentando.

El ministro dijo que por respeto a las familias de los tres oficiales no revelaría los nombres de los que recibieron atención psicológica.

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“En junio del año pasado uno de ellos estuvo en una evaluación psicológica por parte del ministerio para hacer una revisión sobre una situación personal, momento en el cual se le retiró el arma de forma preventiva por un espacio de poco más de un mes", detalló Soto.

“Un mes después se le hizo una valoración por parte de profesional en psicología, se le hicieron una serie de test para valorar las situaciones de riesgo y ahí es donde se da la recomendación de parte de este profesional de devolverle el arma”, explicó el ministro.

El ministro de Seguridad dijo que en setiembre del 2018 se le hicieron de nuevos exámenes a ese oficial y todo resultó normal, por lo que siguió trabajando.

Sobre el segundo oficial que pidió atención, el jerarca dijo que nunca se le suspendió el uso de armas porque la persona que lo atendía no lo creyó necesario.

Caso confuso

Este lunes Walter Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), también se refirió al caso trágico de Pocosol y dijo que la investigación es bastante complicada.

Espinoza dijo que cuando los agentes llegaron el domingo en la madrugada a atender la situación creyeron que los policías habían muerto debido a un accidente de tránsito ya que la patrulla en la que viajaban estaba volcada, pero al hacer una revisión superficial vieron que las víctimas tenían balazos, por lo que todo cambió.

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Las víctimas mortales son Jonathan Zúñiga Arguedas, de 25 años; Santiago Méndez Tenorio, de 34 y Vianey Vásquez Molina, de 30.

Espinoza detalló que Jonathan viajaba como acompañante en la parte delantera del vehículo policial y el recibió un balazo en la parte trasera de la cabeza; Santiago era el chofer de la unidad y recibió un balazo cerca de la oreja derecha que salió por un cachete, por último Vianey presentaba un balazo en la sien derecha.

Los investigadores sostienen la hipótesis de que uno de ellos habría baleado en la cabeza a los dos compañeros y luego se disparó; sin embargo, no han revelado cuál sería el responsable de dar muerte a los dos compañeros.

Los agentes judiciales no encontraron muchos rastros de sangre dentro de la patrulla y según el jefe de la Policía Judicial, eso sería un indicador de que luego del vuelco ellos habrían salido del carro y fue en el exterior donde recibieron los balazos, ya que en la calle si encontraron gran cantidad de sangre.

Este lunes los agentes judiciales volvieron al lugar donde ocurrió la desgracia a buscar los casquillos que faltan, ya que el domingo solo encontraron uno. Se cree que la lluvia pudo haber movido otros.

Espinoza dijo que están a la espera de los resultados de las autopsias para tener más claro el panorama, además han estado entrevistando a compañeros de trabajo y conocidos de las víctimas para saber si tenían algún tipo de problemas entre ellos.

También pedirán al MSP los expedientes de los fallecidos para saber si alguna situación personal habría influido en la tragedia.