Sucesos

Vecino de Calle Fallas: “Ahora tenemos paz, pero llegamos a pensar en perderlo todo”

Violencia en Puntarenas hace a los desamparadeños recordar lo que vivieron en el 2014.

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La violencia que se vive en parte del cantón central Puntarenas desde principios de año hace recordar con mucha tristeza a los vecinos de Calle Fallas en Desamparados lo que les tocó vivir en el 2014 y parte del 2015.

En ese cantón se dieron al menos 43 muertes violentas en esa época, de las cuales 15 fueron en Calle Fallas, la batalla a muerte era por grupos dedicados al narcotráfico que mantenían una lucha de poder.

En el Puerto se contabilizan hasta este 18 de abril, 40 homicidios en toda la provincia, solo en el cantón central 24, de los cuales la mayoría de víctimas tenían entre 12 a 34 años.

Don Olman Ulate asegura que tiene más de 20 años de vivir en Calle Fallas, una herencia le permitió llegar a tener casita propia en la comunidad desamparadeña.

“Desamparados es un cantón muy grande, aquí no hay casas de lujo, pero una buena parte somos trabajadores, a mí me da profunda tristeza ver lo que dicen en las noticias del puerto, porque cuando uno piensa en Puntarenas piensa en la playa y en ir a pasarla bonito, no en que se repita algo tan horrible cómo lo que ocurrió aquí”, dijo Ulate.

Este hombre de 60 años asegura que a él y su familia la vida se volvió un infierno cuando se dieron los enfrentamientos entre pandillas en el 2014.

“Aquí se empezó a ver más gente que consumía drogas, llegadas de carros sospechosos, que uno sabía que no eran de aquí y después motos que merodeaban, como en julio del 2014 y de un momento a otro empezaron las balaceras y los homicidios y hubo gente inocente que terminó muerta por esa lucha”, dijo Ulate.

Asegura que la paz de su casa les fue arrebata y en algún momento pensaron en que iban a tener que escapar como si ellos fueran delincuentes.

“Llegó un momento en que pensamos en que íbamos a perder todo, mi esposa y mi hija escuchaban balazos y lo que hacían era llorar, suplicarme que por favor nos fuéramos, que dejáramos todo.

“En el peor momento dormíamos en el cuarto que daba al patio pensando en una bala pérdida, teníamos el deseo de que familiares que vivían en otros lugares nos invitaran a quedarnos con ellos, algunas veces mi esposa y mi hija se fueron, mi hijo y yo nos quedamos, pero ellas nos escribían a cada rato, hasta hubo un momento que uno de esos maleantes nos gritó que nadie saliera porque iban a volar plomo”, recordó el hombre, quien además asegura que se sentía como delincuente al ver tantos policías durante tanto tiempo.

Presos en sus casas

Doña Tatiana Chaves asegura que ella ha tratado de no recordar mucho lo que vivió su amado Calle Fallas, ella ha vivido en esta comunidad casi 40 años.

“Estuvimos entre la muerte, el peligro, y rodeados de policías, nos convertimos en presos en nuestras propias casas, había policías por todas partes y durante mucho tiempo, por eso escuchar que en Puntarenas hay tanta violencia duele, porque nosotros no le deseamos esto a nadie, siento yo que fue como estar retenido o secuestrado, porque la vida está en manos de otros”, dijo doña Tatiana, quien asegura que varias veces llamó a su trabajo para decir que no podía ir.

Don Olman asegura que ahorita la situación de Calle Fallas volvió a la tranquilidad.

“No es un lugar de paz, pero sí vivimos tranquilos, la delincuencia es otra vez la común, y estoy seguro que si uno pudiera saber que algo así se va repetir deja la casa y todo lo que puede por la paz”, dijo.

Ulate asegura que él espera que la intervención de la policía pueda frenar en seco lo que está pasando en el Puerto.

“Aquí funcionó, aunque el precio fueron un montón de muertos, es una situación complicada porque implica mucho, sobre todo muchachos jóvenes metidos en eso por las pocas oportunidades que tienen”, dijo.

Los vecinos de Calle Fallas ahora caminan tranquilos, aseguran que la detención de la banda de un hombre de apellido Zamora, alías el Indio, y de otros grupos acabó con todo.

La Policía mantiene operativos en Puntarenas que han impedido que en las zonas conflictivas (Fray Casiano de Chacarita, Manuel Mora, Los Almendros de Barranca, Bella Vista de El Roble los casos sigan disparándose.

La última muerte fue la del ingeniero Sergio Andrey Barquero Roque, de 42 años, conocido como Cachí, él fue asesinado a balazos el 13 de abril en La Reseda de El Roble, en Puntarenas, sus allegados presumen que el ataque iba dirigido a otra persona.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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