Sucesos

(Video) Formación de policías ticos pasó de ser deficiente a una de las mejores de la región

Ahora los oficiales no solo reciben teoría y entrenamientos, sino que desarrollan habilidades como el liderazgo

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A don Gerardo Solano le cuesta creer cómo cambió la formación de los policías en Costa Rica durante los últimos 40 años, pero se siente orgulloso de ver que cada día sus colegas reciben mejores armas para enfrentar a los criminales.

Él se pensionó el viernes 9 de agosto luego de 41 años de servicio en la Fuerza Pública y habló con La Teja para hacer una comparación de las condiciones que había cuando él se formó y las actuales.

Para empezar, Solano contó que hace dos décadas recibió una orientación que tardó aproximadamente mes y medio, en cambio ahora existe el curso básico policial que tarda alrededor de nueve meses.

“Recuerdo que me mandaron a San José, a donde ahora está el Ministerio de Seguridad, pero en aquel momento las instalaciones eran muy sencillas, entonces pasábamos muchas incomodidades. Teníamos que quedarnos de lunes a viernes durmiendo ahí en cuartos en los que teníamos que dormir hasta diez personas amontonadas en colchonetas.

“Para bañarnos teníamos que usar unas barracas, había cuatro tubos en un lugar abierto y ahí nos aseábamos, no había privacidad ni nada”, recordó Solano.

Sin embargo, ahora la situación es muy diferente, en un recorrido que hizo La Teja en la Academia Nacional de Policía, localizada en La Rita de Pococí, se comprobó que los polis en formación están como en un hotel cinco estrellas.

Gerald Camacho, comandante instructor del lugar contó que las chuzas instalaciones empezaron a funcionar en el 2017, tienen capacidad para mil estudiantes y 120 funcionarios entre instructores y encargados de logística.

Él asegura que visitó muchos centros de formación en América y en otros continentes y dice que la formación tica es de alto nivel. Muchos cursos son apoyados por instructores de Estados Unidos, Colombia y Chile, lo que da un valor agregado a la escuela.

Los edificios donde están los dormitorios están divididos en apartamentos con dos cuartos cada uno y los oficial los adaptan a su gusto, además hay baño y una salita. En cada torre hay un área común para que los que deseen, puedan compartir sus ratos libres.

La alimentación también tuvo un cambio de la tierra a la luna ya que don Gerardo recuerda que en aquel momento pasaban muchas limitaciones.

“Había pocos recursos, el arroz y los frijoles no faltaban, nos daban también picadillo de chayote, pero la carne era muy de vez en cuando”, relató.

En cambio ahora, la academia cuanta con un nutricionista que vela porque los uniformados coman bien y por dar un tratamiento especial cuando alguna persona tiene padecimientos, como por ejemplo diabetes.

“Casi todos los días el desayuno incluye pinto con huevo y alguna fruta; a media mañana hay una merienda que puede ser un café con una galleta por ejemplo y luego viene el almuerzo, que generalmente lleva arroz, frijoles, carne y ensalada”, explicó Camacho.

“En la tarde hay otra merienda y en la noche la cena. Las comidas son similares a las que hay en las casas de cualquier costarricense, pero se vela porque las porciones sean las adecuada y se hace una planeación con semanas de anticipación para que todo vaya en orden”, añadió.

Preparación en armas era deficiente

Solano dice que hace años la capacitación que les daban sobre armas era muy deficiente ya que casi ni practicaban.

(Video) Los policías de Costa Rica se forman en un chuzo de academia

“Nos explicaban el funcionamiento básico del arma y el alcance que tenía, en realidad era una preparación muy escueta, que era hasta peligrosa porque como uno no sabía cómo desarmar ni limpiar el arma, se herrumbraba toda”, expresó el experimentado hombre.

“Ya cuando uno era policía, allá como una vez al año, lo llevaban al polígono, pero no era algo constante ni bien estructurado, por dicha sé que eso cambió en gran medida porque es un tema fundamental en la seguridad”, señaló.

Gracias a la tecnología, ahora en la academia los estudiantes se capacitan los primeros meses con un polígono virtual en el que una computadora señala los errores que tienen cuando disparan.

La máquina lo mide todo, la dirección de la bala, la respiración de la persona, la presión que ejerce en el gatillo, entre otros factores y eso ayuda a identificar qué cosas corregir.

Cuando los oficiales están en una etapa avanzada del curso, los llevan una temporada a isla Murciélago, donde llevan una parte de la capacitación que incluye prácticas en un polígono real.

Otra de las abismales diferencias es la atención médica, ya que según recordó Solano, en su tiempo cuando algún estudiante tenía una dolencia iba a dar a alguno de los hospital públicos, mientras que ahora en la academia hay un médico que se encarga de atender de inmediato cualquier golpe o enfermedad.

La preparación física también es mucho mejor ahora ya que hace 40 años no había instalaciones adecuadas para correr y hacer deportes.

“Salíamos a correr en las mañanas prácticamente a la orilla de la calle porque no había otro lugar donde hacerlo, eso era lo que teníamos y teníamos de adaptarnos a esa realidad”, comentó Solano.

Los estudiantes de hora tienen cancha de baloncesto y fútbol y una pista para correr, además de una pista con obstáculos al aire libre para ejercitarse en los entrenamientos.

También tiene un gimnasio bien equipado que cuenta con la supervisión de un preparador físico que guía los entrenamientos.

Una preparación integral

El comandante Camacho dice que todas estas condiciones mejoradas contribuyen en gran manera a una preparación integral que va de la mano con la disciplina.

“Tenemos horarios que deben respetarse, por ejemplo, las clases terminan todos los días a las cinco de la tarde, luego de eso los estudiantes pueden disponer de su tiempo libre, pero a las nueve de la noche ya todos deben estar descansando y las luces y televisores deben estar apagados porque tenemos que garantizar que el personal descanse lo necesario”, detalló.

“En la academia damos cursos básicos policiales pero también de ascensos en los que los oficiales que los reciben son incluso jefaturas, pero cuando están aquí deben acatar las mismas reglas que los estudiantes de primer ingreso”, añadió.

El jefe policial comentó la calidad y los métodos de educación también evolucionaron, incluso en este momento la academia está haciendo un cambio en la metodología para que los nuevos policías no salga de la formación solo con la mentalidad de trabajar por objetivos, sino con habilidades desarrolladas de liderazgo, compañerismo, entre otras.

“Los policías no solo deben saber disparar un arma, tienen que saber cómo enfrentar infinidad de casos y por eso cada día nos preocupamos por tener una mejor calidad de capacitación, con instructores nacionales e internacionales”, aseguró el jerarca.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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