Farándula

(Video) Con duelo de coplas le contamos qué es una bomba y dónde nacieron

El historiador y escritor Dionisio Cabal aclaró algunos errores que han existido con relación a las coplas, las retahílas y la música guanacasteca

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Costa Rica es un país donde nadie corre a esconderse cuando alguien grita “¡bomba!”. Más bien pasa lo contrario; bomba es sinónimo de festejo.

Y el 25 de julio es un día en el que todos disfrutamos un bombardeo de alegría para festejar los 195 años de la anexión del Partido de Nicoya (a la que llamamos popularmente “anexión de Guanacaste”).

(Video) Celebre la Anexión de Nicoya con La Teja diciendo ¡Bomba!

Junto a las bombas resuenan las marimbas y el “¡uuuip, uuuip!”. Todos nos alegramos y pensamos de inmediato en las bellezas guanacastecas, en sus comidas, en su gente amable y se nos llena el corazón de orgullo, pero ¿sabía que muchos de los detalles de esa celebración no nacieron en esa linda tierra?

Vamos por partes. Durante años hemos llamado “bomba” a algo que en realidad se llama copla. Bomba es la palabra que se lanza como un grito para detener la música y decir la copla.

Así lo explica el escritor e investigador de la cultura costarricense Dionisio Cabal Antillón, quien en su libro “¡Bomba! La copla costarricense” cuenta dónde surgió esta costumbre nacional que tanto nos gusta.

“Para las fiestas de la Anexión es habitual escuchar las famosas bombas y retahílas evidentemente con la identidad guanacasteca. ¿A qué obedece?, a que se conformaron con el paso del tiempo una serie de clichés en torno a lo que era lo folclórico de Costa Rica, atribuyéndosele a Guanacaste ser el origen de una serie de tradiciones”, explicó.

Dionisio cuenta que muchos de los elementos que ahora relacionamos con la Anexión tienen su origen en la Meseta Central hace más de 195 años.

“Por ejemplo, se oye decir que el güipipía es guanacasteco, cuando lo que es guanacasteco es el grito (ese que suena así como ¡uuui, uuuip!), el güipipía es meseteño”, dijo.

La música tampoco

Dionisio afirma que desde antes de 1824, los ticos que vivían en lo que ahora se llama Valle Central tenían sus propia música y sus platillos. Tenían una manera de ser alegre y no es por la llegada de los nicoyanos, liberianos o santacruceños que el costarricense parece disfrutar más.

Por medio de sus investigaciones, Cabal determinó que muchas de las canciones que suenan cada 25 de julio tampoco son cien por ciento de Guanacaste.

Dionisio cuenta que entre los años 1923 y 1926, Luis Dobles Segreda, quien era entonces el secretario de Educación (ministro), mandó recopilar toda la tradición musical costarricense y, escribe Cabal, “le pareció que lo exótico, lo más puro, podía estar en Guanacaste”.

"La Secretaría de Educación publica inmediatamente aquella información y la pusieron en partitura además, la mandan a todas las escuelas para que se las aprendan y aquello fue quedando como la música folclórica de Costa Rica”, explica.

Dionisio piensa que faltó explorar más en la música hecha por artistas del resto de las provincias. Lo que ocurrió fue que terminamos creyendo que la música folclórica costarricense nació después de la Anexión.

“Hay una serie de canciones representativas de Guanacaste que son en realidad escritas por mesteños. Por ejemplo, ‘Caballito nicoyano’ es de Mario Chacón, quien nació en San Rafael de Escazú. La letra de ‘Pasión’ es de un naranjeño, Roberto Arce, la música sí es del guanacasteco Pasión Acevedo. En ´Pampa’ la música es de Jesús Bonilla y la letra es de un alajuelense, Aníbal Reni”, explicó.

Otras diferencias

Dionisio aclaró que gritar “¡bomba!” cuando se va a interpretar una copla se hizo común luego que se popularizó la canción “El punto guanacasteco”.

“La canción se interrumpe y se dice ‘bomba’, entonces la gente lo empezó a asociar conforme se iba debilitando la tradición coplera en la meseta por abandono, aunque dichosamente es una tradición que se ha recuperado de una manera muy vigorosa”, dijo.

Una diferencia importante que existe entre los copleros guanacastecos y los meseteños es que estos últimos acostumbran improvisar sus versos (eso se llama repentismo), mientras que los de Guanacaste suelen tener aprendidas sus retahílas o coplas.

En cuanto a las retahílas guanacastecas, Cabal explica que existen varios tipos. A grandes rasgos: están las compuestas de fragmentos de coplas unidos entre sí y las temáticas, que pueden hablar de uno o varios temas. Estas son aprendidas de memoria y están llenas de picardía.

Las retahílas de la Meseta Central tienen una división más elaborada. Están las históricas, conocidas como ensaladilla, donde el texto pasa de un tema a otro. También existe la retahíla llamada corrido, en la cual generalmente se habla de temas amorosos.

Y para cerrar con broche de oro, Dionisio asegura que la palabra anexión está mal empleada. para él lo que ocurrió fue una fusión territorial.

¡Boooomba!

Bueno, aquí no hay música sonando, pero igual gritamos ¡booooomba! y le pedimos a varios famositicos que aportaran sus coplas.

Saludo especial

“Cuando me vuelvo medio loco, todo el mundo se aleja. Un saludo cariñoso a mis amigos de La Teja”.

Una tradición

“La tradición es muy bella ya sea nueva o vieja, lo dicen ellos y ellas y ahora lo dice La Teja”.

Ría bastante

“La gente a veces se asusta cuando uno tiene un antojo, si el suyo es reír bastante, escuche Pelando el ojo”.

¡Salud!

“Ay, que ganas de tomar en esta celebración, ya me voy para el Ebais a tomarme la presión”.

Nicoyano de sepa

“Hoy siento un orgullo que me hincha el corazón, porque mi pueblo está de fiesta celebrando la anexión. Que se escuche la marimba y los gritos que salen de mi voz. Soy tico de nacimiento, nicoyano, gracias a Dios”.

Chancha comelona

“De tanto que te quería no hallaba dónde ponerte. Te puse detrás de una puerta y vino una chancha a morderte”.

¡Uyuyuyyyyyy, bajura!

Silvia Núñez

Silvia Núñez

Periodista de Espectáculos y Sucesos. Bachiller en periodismo de la Universidad Central desde el 2004. Labora en el Grupo Nación desde el 2013.

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