Don Wílser Villalobos Solís y su familia están tristísimos porque les quitaron a un “pariente” no humano al que quieren mucho.

Hablamos de un macho de lapa azul llamado “Beto”, traído desde Brasil hace diez años, y que les robaron este lunes a eso de las 11:40 de la noche. Se lo llevó alguien que se metió a la finca de don Wílser en el barrio Breña Mora, en San Isidro de Heredia.

El animal está valorado en ¢7,5 millones, pero lo más importante es el gran valor sentimental que tiene para sus parientes humanos. Lo económico es secundario.

Don Wílser cree que los maleantes tratarán de vender a Betico en una cochinada sin saber lo que representa para ellos y sin estar informados de los cuidados que deben tener con un ave de ese tipo. Las lapas azules no habitan en los bosques costarricenses y para tenerlas bien hace falta conocer cómo se cuidan.

“Me duele mucho, he llorado porque la lapa es parte de la familia, me preocupa que de seguro la tienen mal cuidada”, dijo don Wilser con tristeza.

Wicho, como es conocido por sus vecinos, comentó que hace una semana sufrió un ataque similar de los mañosos, que esa vez se llevaron una lapa roja, valorada entre ¢250 mil y ¢400 mil.

“Creo que (cuando se llevaron la roja) los ladrones se dieron cuenta de que estaba la azul y decidieron venir por ella. Este es un lugar bastante seguro, pero ya no se puede confiar en nadie, cuando veo algo sospechoso mejor llamo a la Policía”, explicó.

Contó Wicho que uno de los peones que trabaja para él estuvo a punto de agarrar al “robalapas”, sin embargo, el asaltante fue más ágil y escapó.

“Dice el peón que (el asaltante) se saltó unas verjas que miden casi dos metros y otra persona en un carro lo esperó para irse. No pudo ver el color del carro ni la placa, pero el ladrón dejó un suéter entonces vamos a poner la denuncia a ver si logramos recuperarla aunque sabemos que es difícil”, aseguró.

Fácil de identificar

Es muy sencillo identificar la lapa, además del color que le da el nombre tiene el pecho amarillo y una pulsera en la pata derecha (una banda de metal).

“La única forma de quitarle esa pulsera es cortándole la patita. Le pido a la gente que si la ven llamen a la Policía de una vez porque para nosotros es muy importante. Yo ya estoy mayor, a mí me interesa es tener paz al saber que la recuperé”, mencionó.

Su cariño hacia esta lapa nació hace diez años, cuando funcionarios del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) se la dieron porque el espacio en su finca era bastante grande y Wicho contaba con los recursos para hacerse cargo de ella. A partir del primer contacto que tuvo con la lapa nació un “amor a primera vista”.

“Yo le hablaba y ella me decía cosas, a veces decía malas palabras y era gracioso. Aquí venía gente y ellas repetía palabras y eso le gustaba a todos los que nos visitaban. Todo esto es doloroso porque yo la quería bastante y me duele no saber cómo ni en qué parte está”.

Ave cotizada en el mercado negro

Mauricio Sánchez, experto en aves de la Universidad Nacional, confirmó que el precio de las lapas azules va desde los ¢2,5 millones y hasta los ¢7,5 millones, pero que podría subir dependiendo del estado de salud y de la edad.

“En Costa Rica no es común que se venda este tipo de animales, pero cuando se hace de una forma legal al dueño se le da un documento y que tiene un espacio en buenas condiciones para hacerse cargo”, agregó.

El experto reconoció que este tipo de aves, cuando son cambiadas de un lugar a otro, pueden sufrir ataques de estrés que, en el peor de los casos, las puede llevar a la muerte.

“Se ha visto que cuando les pasa algo así se les caen las plumas o se las arrancan, también dejan de comer y pierden peso”, reconoció.

En el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) dijeron que si alguna persona tiene información sobre esta ave puede comunicarse a los números 2268-8091 o al 2268-8087.