“Lo que hacemos es estudiar la palabra de Dios y en la misma palabra, el Espíritu Santo te revela lo que tenemos que hacer y lo que tenemos que hacer es obras. Tenemos que salir a ayudar”.
Con esta frase, Roy Arce, miembro del grupo para ayuda al hermano Santa Marta de la parroquia catedral San Carlos Borromeo, de la diócesis de Ciudad Quesada justifica el gran sacrificio que hacen para tenderle una mano a las personas que pasan por una emergencia médica.
Sus integrantes están unidos a otro grupo llamado Matrimonio y Familia, desde hace varios años y de ahí surgió la idea de ayudar.
Según Arce, quien es el que coordina el grupo, iniciaron los trámites en el Hospital de San Carlos para poder llevar alimento a las personas que llegan a Emergencias y a sus acompañantes.
“No es fácil. Todos los fondos que recibimos es de gente como nosotros, hay personas que nos ayudan en el precio del pan, o con azúcar, con otras cositas, con efectivo. De pronto llegamos muy emocionados… y nos cansamos… esto es solo por el amor a Dios que nos mantenemos”, señaló.
Sinaí Carmona Quirós aseguró que esto es misión de Dios.
“Ya uno sabe que el miércoles es para esta misión, no nos podemos comprometer a otra cosa, las personas que vamos a atender son los más amados de Dios”, dijo.
Este grupo va los miércoles y domingos al Hospital de San Carlos, con café, aguadulce, pan y su plan es llegar a cubrir más días.
“Somos católicos"
Una de las anécdotas que se encuentra este grupo, es la sorpresa en la gente porque en algunos casos les preguntan de cuál religión son y cuando se enteran que son católicos, no lo pueden creer.
“Me preocupa y me asusta cuando la gente pregunta específicamente. No puedo creer que la gente piensa que los católicos no podemos hacer esto”, comentó Yorleny Montero, otra creyente que se sube las mangas trabajando.
“La gente se admira mucho de la obra, pero como explica el Señor, muchos son los llamados, pocos los decididos”, agregó.
Igualmente, doña Leticia Carmona Quirós, quien es una adulta mayor que pertenece a este grupo, asegura que todos pueden poner su granito de arena.
“Dios nos da tantas bendiciones que lo mínimo que uno puede hacer es devolver esas bendiciones”, dijo.
Alegrando mamitas
Dando comida a los pacientes del hospi y sus acompañantes, rápidamente surgió una idea en este grupo.
“Empezamos a hacer paquetitos con una sabanita, dos pañales y una pijamita para que la mamá que acaba de tener a su hijo pueda llevárselo. Esto surgió de repartir café y escuchar muchas mujeres que cuando salen, no tienen ni un calzoncito para sacar al bebé”, explicó don Roy.
Por su lado, doña Yorleny comentó: “tenemos que acercarnos al Señor, que no sea un Dios de domingo, que sea un Dios de todos los días, al que llevo al trabajo y donde me convierto en una luz donde doy lo que Dios me ha dado.
“Esto es una gracia. No somos especiales, tenemos las mismas luchas que todos, pero tenemos que pedirle que nos deje ser más como él para darnos a los demás”.