Desde el pasado miércoles 6 de julio la vida de don Andrés Ulate Jiménez, productor de arroz del sector Chorotega de Guanacaste cambió totalmente y no fue para bien.
Ese día el presidente Rodrigo Chaves Robles anunció con bombos y platillos lo que él llama “La Ruta del Arroz” y que es una serie de propuestas para que los costarricenses paguen por un arroz de calidad, pero a más bajo precio y que además busca beneficiar no solo al consumidor, sino a los pequeños y medianos productores.
El presi firmó dos decretos; el primero, que elimina la fijación de precios de arroz, tanto el que paga el consumidor como el productor. En el segundo decreto se acordó la reducción del impuesto que pagan los importadores de arroz, el cual bajará de un 36% a 4.5% en granza y 5% en pilado, lo que impactará directamente en el precio de la bolsa del arroz que llega a la casa de los costarricenses.
“Antes de julio yo sembraba 100 hectáreas, a este 9 de noviembre tengo sembradas solo 20 hectáreas. Pasé de 12 empleados a 4. Las decisiones del presidente Chaves asesinan al productor de arroz; en mi caso, estoy a punto de desaparecer, no creo que para el 2023 pueda sembrar arroz.
“El pequeño y mediano arrocero necesita que se mantenga el 35% de impuesto a la importación del arroz, porque todos los países que importan a Costa Rica tienen impuestos para quien quiera meter arroz en esos países y hay algunos países que los tienen más altos porque protegen al productor.
“Quitar el impuesto solo beneficia a los importadores, nosotros no podemos competir con los precios de importación”, explica don Andrés, quien fue uno de los casi 100 productores de arroz que fueron a los Tribunales en Calle Blancos a apoyar una denuncia contra el presidente Chaves y sus políticas arroceras.
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Este productor explicó que sembró solo 20 hectáreas para no cerrar del todo y no abandonar a las familias que dependen de el trabajo que él les da.
“Necesitamos que vuelva ese impuesto del 35% al arroz importado para poder sembrar en verano y tener seguridad. No puede ser posible que las autoridades del país nos digan que entonces por qué no sembramos cáñamo, eso no es así de fácil.
“Uno no puede cambiar así como así, tenemos cosechadoras, camiones, maquinaria, no se puede sencillamente tirar todo a la basura y ponerse a sembrar cáñamo. Esto es un problema grande, muchos todavía debemos maquinaria o camiones, cómo los vamos a pagar. No entiendo por qué el presidente quiere enterrarnos si nosotros solo queremos trabajar”, se pregunta don Andrés.